Esta es nuestra segunda vez que estamos
en Otavalo, la primera nos trajeron Paty y Jorge para visitar la
cascada de Peguche. Esta segunda vez nos hemos venido solos, la
verdad es que para llegar hasta aquí hemos tenido que caminar,
coger 1 camioneta y 3 autobuses, pero hemos estado super agusto. Toda
esta zona es indígena y es precioso ver uno de los mercados
indígenas más grandes del país y eso que aún no hemos venido un
sábado (volveremos con Pepe y Elena). Nos hemos alojado en un hostal
cerca de la plaza de los ponchos que es donde montan el mercado.
Es precioso ver a las mujeres indígenas
con su falda negra y su camisa blanca de flores, sus pulseras, sus
trenzas, su fajin de lindos colores, y el móvil dentro del fajín.
Tradición y modernidad unidos. Casi todas las mujeres indígenas
llevan esta vestimenta, en cambio con los hombres es diferente, ya
que solamente los abuelos o gente mayor llevan el pantalón típico
blanco y las espardeñas blancas con el poncho el sombrero y esa
trenza negra preciosa que llevan los hombres. Las trenzas de las
mujeres también son bien bonitas, o esa cola liada con cintas de
colores.
Pero las tradiciones se van perdiendo y
ya ningún adolescente va con su ropa tradicional, por eso resulta
mucho contraste ver a un jóven totalmente europeizado en la
vestimenta junto a otra adolescente con su vestimenta tradicional.
Quina imatge més bonica: color, art, tendresa... una mare i una filla: un somriure.
ResponderEliminarQuina alegria veure com gaudiu del viatge.